domingo, 12 de mayo de 2013

LA ÚLTIMA CLASE



Hemos acabado el curso y el programa de la asignatura. Pocos compañeros en clase. La noticia del posible cierre del CES de Aranjuez, a pesar de las movilizaciones de profesores, alumnos y otros particulares y la huelga de la enseñanza de ayer por la nueva ley de Educación han favorecido un cierto ambiente melancólico y tristón, aunque también reivindicativo que ha acabado con la incineración del objeto ñoño de un compañero. Con este acto de apariencia inocente hemos sacamos mucho de dentro. Durante unos minutos realmente parecía un auténtico ritual de enterramiento, había un silencio similar al de los cementerios. No hemos dejado de observar al peluche mientras se quemaba. La atracción del fuego nos ha mantenido inmóviles hasta acabar la ceremonia.

La quema del peluche-cerdito-ñoño-lila también me recordaba la quema de la sardina, tras el carnaval pagano, para dar paso a la Cuaresma. El fuego purificador acaba con lo malo y da paso a la vida.

 
El compañero prendiendo fuego al cerdito “a lo bonzo”


 
Todos en silencio presenciando la incineración


Quemado casi al completo


También muy sugerente que cuando estaba quemado casi al completo, su dueño haya sacado otro cerdito, casi igual, aunque algo más pequeño y de tono rosa, como si le diera el relevo de la triste vida de peluche dentro de un armario. ¡Muy fuerte!
 
 
La presencia del gemelo parece advertir que las cosas son difíciles de cambiar, como si alguien o algo nos sujetara constantemente intentando paralizarnos.
 
 

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